Los loros, esas criaturas coloridas y charlatanas, tienen una predilección por posarse en los hombros de los humanos, y esto se debe a un par de razones bastante interesantes. En primera instancia, les encanta estar en alto, algo que se debe a sus instintos naturales de permanecer en lugares elevados, como las ramas de los árboles, para observar su entorno y sentirse seguros frente a posibles amenazas. Además, el hombro les ofrece una proximidad cómoda con sus dueños, permitiéndoles una interacción cercana y afectuosa, algo crucial para estos animales que son increíblemente sociables y requieren de un alto nivel de atención y compañía. Por lo tanto, cuando un loro elige tu hombro como su percha favorita, no solo está buscando un buen punto de vista, sino también demostrando su confianza y afecto hacia ti, reforzando así la fuerte unión que existe entre ambos.
Si te ha picado la curiosidad sobre por qué tu loro se convierte en tu sombrero viviente favorito, es posible que quieras profundizar un poco más en su comportamiento. Echa un vistazo a «¿Por qué a los loros les gusta que les rasquen la cabeza?«, donde desvelamos más secretos sobre las muestras de afecto de estos plumíferos. Si te has fijado en que tu amigo emplumado aletea más que un abanico en pleno agosto, seguro que «¿Por qué los loros aletean mucho?» te dará alguna pista. Y para completar el trío, no te pierdas «¿Por qué los loros mueven la cabeza?«, porque sí, también hay razones para esos movimientos de cabeza tan característicos. ¡Sumérgete en estas lecturas y conviértete en el mejor confidente de tu loro!
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